jueves, 15 de enero de 2015

EL FATÍDICO DÍA DEL 19 DE JUNIO DE 1867.


LLEGADO EL DIA DEL FUSILAMIENTO…… 19 de junio de 1867.

…Los fíeles criados Grill y Tudos, únicos de la comitiva imperial que no habían sido hechos prisioneros, fueron los únicos también de dicha comitiva, que presenciaron la ejecución, y algunos días después, nos refirieron los siguientes detalles.

Lectura con luís Blasio….


“…Al amanecer del día diecinueve, un fúnebre silencio llenaba la celda del Emperador, solo se escuchaba el chisporrotear de las velas que ardían en un improvisado altar; cuando las bujías comenzaron a palidecer los primeros rayos de la aurora, los criados lívidos y demacrados por tanto llorar, escucharon el redoble de los tambores republicanos que se acercaban.


Al ruido de los tambores, se unió el de los clarines de la caballería pie en tropel llegaba a las Capuchinas. ( el convento ).


Igualmente se mezclaba a estos, los rumores. El de los carruajes en que habían de ser conducidos los prisioneros y el del acompasado paso de los infantes.


El Emperador vestía de negro y salió en el primer carruaje acompañado de un sacerdote, seguían el carruaje sus fieles criados Grill y Tudos; el doctor Basch no quiso acompañarlo, queriendo evitarse la dolorosa impresión de verlo morir.


Al pasar el carruaje por las calles de la ciudad en todas partes veíanse, tanto en puertas como en ventanas y balcones, damas y caballeros enlutados que con los pañuelos empapados por el llanto, sofocaban sus sollozos.


Ya en la llanura que se encuentra entre la ciudad y el cerro de las Campanas, se encontraban formadas todas las tropas que habían de asistir a la ejecución, haciendo brillar al naciente sol de junio, el limpio acero de sus armas.


Un cielo azul y sin nube alguna cubría impasible aquel imponente espectáculo.


Bajó Maximiliano, del carruaje que lo conducía, y al abarcar con sus claras y serenas miradas azules como el cielo aquel firmamento tan sereno y tan tranquilo, exclamó :


— ¡ En un día tan hermoso como éste quería morir !


Después, se enjugó el sudor de la frente, y entregando el pañuelo y el sombrero de fieltro blanco, al criado Tudos. … El emperador le dijo en húngaro.


- Lleva esto a mi madre y dile que para ella fueron mis últimos pensamientos.


Tudos se retiró llorando, el sacerdote que acompañaba al Emperador se alejó también, y solo quedaron sobre la colina que iba a servirles de cadalso las tres figuras, Maximiliano en el centro, Miguel Miramón a su derecha y Tomás Mejía a la izquierda.


Y frente a ellos, un joven oficial y un pelotón de soldados.


IMÁGENES En su orden ..:
Pelotón de soldados de fusilamientos del Regimiento de León. General Miguel Miramón. General Tomás Mejía. Despedida de Maximiliano, antes de partir a Las Campanas. Una recreación del acto de fusilamiento.


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